Curatoría para la Cinematica del MAM, Río de Janeiro – 10 de diciembre
El trabajo de Schmidt-Urzúa se enmarca en una ya larga tradición cinematográfica que ha corrido como un río paralelo a la corriente dominante del cine hegemónico. Si bien está alejado de una reflexión material por el soporte fílmico en sí, como lo haría Kubelka, su trabajo tiene filiaciones con los primeros exponentes del cine futurista, cine abstracto alemán; cine experimental estadounidense de los años 40 (Maya Deren, Harringotn, Gener) o el cine poético de Marie Menken de la década del 60.
Los trabajos de Sebastián Schmidt se pueden entender como flujos, disipaciones que escapan a la estructura de percepción que la cultura occidental racionalista intenta reforzar. Distanciadas de la narración aristotélica que implica la idea de continuidad -inicio desarrollo y final- sus películas abordan los ciclos, las repeticiones, como si se trataran de mantras visuales. De su práctica, insistente y obstinada por el cine análogo surge un diálogo crítico y sobre todo poético entre imagen y tiempo. El registro plástico de su trabajo se hace evidente en ese acercamiento a las movedizas zonas del inconsciente, que sólo se nos manifiesta en los residuos de imágenes oníricas o en los episodios de alteración de la conciencia producto de la ingesta de sustancias o de la meditación.
Las películas de Schimidt Urzúa se distancian de un simbolismo obvio y por el contrario, juegan desde el desconcierto con una sintaxis fílmica en donde las imágenes pueden entenderse como sintagmas gramaticales que en su aparecer y repetirse, crean configuraciones y estructuras autónomas, impresiones visuales cargadas de un sentido antes poético que narrativo.
A través de sus cortometrajes parecen condensarse imágenes que habitan en nuestras propias memorias: el fluir del agua incesante; las nubes cruzando el cielo, los reflejos de luz sobre superficies, la caída de un cuerpo. Schmidt-Urzúa, aprovechándose de la oscuridad de la sala de cine, nos permite sumergirnos en esas imágenes fascinantes y cotidianas donde el tiempo y la memoria hablan el lenguaje del inconsciente que nos constituye.